La adicción al bronceado se denomina “tanorexia”.

Con la época estival aumenta la necesidad de un gran número de personas de broncear su piel hasta extremos insospechados; desarrollando una adicción al sol o tanorexia. Además, lo verdaderamente sorprendente resulta el hecho de que además de exponer la piel al sol natural, también resulta especialmente común compaginarlo con los rayos uva artificiales de cabina. Hay que partir de la base de que numerosos estudios demuestran la relación de este tipo de conductas con el envejecimiento prematuro o con algún tipo de tumor. 

Pues bien, un estudio de la revista Archives of Dermatology pone de manifiesto la creciente preocupación existente a este respecto en todo el mundo, por lo que se está procediendo al establecimiento de determinadas restricciones para intentar paliar sus efectos a largo plazo. Una de esas medidas es la prohibición de utilizar cabinas de rayos UVA a menores de edad (18 años), que se ha implantado en España, Escocia, Brasil, Portugal, Francia, Alemania, Gales, Austria, Inglaterra, Irlanda del norte y Bélgica. 

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