Las algas son unos ingredientes excelentes para enriquecer nuestros platos, no solo en sabor, sino también en nutrientes.

Las algas son muy utilizadas en la cocina asiática y ya cada vez es más habitual encontrarlas en occidente en supermercados y grandes superficies. A pesar de ser verduras, su composición nutricional es diferente a la de otras verduras que sí que utilizamos habitualmente en nuestra cocina.

 

 

Existen diferentes tipos de alga y, a pesar de que cada tipo tiene unos nutrientes diferentes, generalmente todas las algas poseen una alta concentración de micronutrientes, entre ellos, son ricas en minerales como yodo, zinc, calcio y hierro, en fibra soluble, proteínas de origen vegetal y vitamina B12, una vitamina que no está presente en el resto del mundo vegetal, por lo que las algas son ideales para suplir el déficit de vitamina B12 en dietas vegetarianas. Las algas también son ricas en otras vitaminas del grupo B y en ácido fólico, que ayuda a prevenir la anemia y a promover el correcto desarrollo del tubo neural en el embarazo.

Además, el 80% de las algas es agua, por lo que tienen pocas calorías y son perfectas para dietas de adelgazamiento. Algunas de ellas, como el alga wakame o la espirulina son fuentes de sodio, potasio y magnesio.

 

Las algas son muy versátiles en la cocina y darán a tus platos un toque diferente y muy sabroso. Algunas las venden en polvo y son ideales para añadir a ensaladas, arroces, legumbres y sopas, como la espirulina.

 

Otras se venden deshidratadas, como el alga nori, que podemos añadir tal cual a ensaladas o rellenarla de arroz, pescados y otras verduras, utilizándola a modo de saquito o rollo.

 

El agar-agar, por su parte, es un gelificante vegetal, por lo que puede utilizarse como espesante y para hacer gelatinas 100% vegetales.

El alga wakame puede consumirse en diferentes preparaciones, como parte de salteados, hervida o al horno, o crudas en ensaladas.

 

Y tú, ¿incluyes algas en tu alimentación habitual?

 

Imágenes: ninacoco, Loozrboy.

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