El estallido de la II Guerra Mundial en 1939 puso fin a las diversas pruebas experimentales y a las emisiones televisivas, ya que las potencias prefirieron invertir el dinero en el conflicto bélico.

Al término de la guerra en 1945, los distintos países se afanaron en dar a conocer a la población el nuevo medio de comunicación.

En 1946 la BBC en Gran Bretaña renovó todas sus instalaciones y aumentó sus retransmisiones. En 1960 toda la isla tenía cobertura televisiva (lo que permitió a los británicos asistir a la coronación de la reina Isabel II) y ya en 1962 había más de 12 millones de receptores por todo el país.

En Francia las emisiones se regularizaron en 1947. Los programas de variedades, culturales y documentales convirtieron a la televisión gala en una de las mejores de la época.

En Alemania la regularización llega en 1948 y en 1952 las emisiones se descentralizan por regiones o Länder. También en España en 1948, Philips y la compañía estadounidense RCA inician las primeras pruebas. En Italia no llegaría hasta 1954.

Por su parte, en EE.UU. el crecimiento económico derivado de la postguerra trajo consigo el crecimiento del número de emisoras, de horas de programación y de receptores en los hogares, equiparándose con el resto de medios de comunicación.

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