El tablero del juego de La Oca está compuesto por sesenta y tres casillas dibujadas con diversos motivos. Cada uno de los dibujos plasmados determinan el devenir de la partida.

El tablero de este popular juego de mesa está compuesto por sesenta y tres casillas, que contienen diferentes dibujos o representaciones, de los que depende el desarrollo de la jugada. Se discute el origen de “La Oca”, algunos fechan su nacimiento en el año 2000 antes de Cristo y otros estudiosos estiman que surgió en el siglo XVI, en tiempos de Felipe II.

 Aunque la hipótesis más fundamentada considera que Francisco de Medicis, gobernador de Florencia entre 1574 y 1587, regaló el tablero al rey Felipe II, otra teoría apuesta por el “Disco de Phaistos”, de cuatro mil años de antigüedad, como precedente del actual juego.

Lo que sí resulta evidente es la popularidad que “La Oca” obtuvo por toda Europa y resto del Mundo, hasta nuestros días. En Internet existen más de cincuenta mil sitios relacionados con este juego de mesa, cifra que demuestra la devoción y el interés que se profesa al mismo.

En cuanto a las reglas, el objetivo de los jugadores pasa por alcanzar “el jardín de la oca”, es decir, la casilla número sesenta y tres. El primer participante que logra llegar a dicha casilla se convierte en el ganador de la partida.

Algunos de los dibujos o motivos más conocidos del juego y sus significados son:

La oca: implica avanzar hasta la siguiente oca y volver a tirar.

El puente: significa moverse hasta otro puente y volver a tirar.

La posada: conlleva perder tres tiradas.

El pozo: deberá permanecerse dentro del mismo hasta que otro jugador caiga, también, en la casilla.

El laberinto: el jugador deberá volver a la casilla número treinta.

La muerte: obliga a empezar de nuevo. 

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