El mexicano Templo de las Siete Muñecas es el protagonista de una exhibición de luz y de sombras en cada cambio de estación.

El Templo de las Siete Muñecas, un monumento de origen maya, está situado en la zona arqueológica de Dzibilchaltún (en las proximidades de Mérida) del estado de Yucatán. Este templo destaca por un fenómeno de luz y de sombras descubierto en los años ochenta por los arqueólogos Víctor Segovia Pinto y José Huchim Herrera. 

Este fenómeno consiste en la perfecta colocación del sol detrás del templo, pasando a través de sus puertas y ventanas durante aproximadamente treinta minutos; coincidiendo con los equinoccios de otoño y de primavera, del 22 al 23 de septiembre y del 20 al 21 de marzo de cada año. Esta relación entre la estructura del monumento y el sol, se explica por su uso como reloj para determinar el inicio de las estaciones. La luna también es protagonista en esta construcción; puesto que en el edificio, que pudo utilizarse como observatorio, también está contemplado su recorrido y declinaciones. La precisión con la que fue construido el templo y su arquitectura, ponen en relieve la sabiduría de la civilización maya. 

El edificio es cuadrado, y tanto en la fachada como en la parte posterior, cuenta con dos ventanas y una puerta que sirven para dejar paso al sol. Así, el recorrido solar, primero proyectará al amanecer las puertas y las ventanas la parte superior del lado opuesto, para acabar descendiendo a la vez que las imágenes acaben proyectadas en el mismo lugar que su contraparte. En ese instante, es cuando el sol se mantiene durante unos minutos en el horizonte proyectándose a través de la construcción. 

El Templo, también llamado “del Sol” recibe su nombre de las siete muñecas de barro que se encontraron en su interior, a modo de ofrenda, en el momento de su descubrimiento. 

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