Sus características y capacidades hacen del "yaco" un excelente animal de compañía.

Se trata de una de las aves más codiciadas como mascota. Su nombre científico es Psittacus erithacus, aunque popularmente se les denomina "yacos". El hábitat de la especie se localiza en el centro de África, en países como Congo, Costa de Marfil o Tanzania.

Como a otras muchas psitácidas, les caracteriza un marcado espíritu gregario en las relaciones con los de su especie. Viven en grandes manadas, lo que les reporta seguridad frente a los depredadores y una larga existencia.

Nos encontramos con tres subespecies: Psittacus erithacus erithacus, Psittacus erithacus timneh y Psittacus erithacus princeps. Aunque durante décadas los loros grises han sufrido los azotes de la mano del hombre, en la actualidad únicamente peligra la existencia de los espécimenes de la tercera variedad. Se trata de los loros grises con origen en las islas de Santo Tomé y Príncipe. Los animales de las dos subespecies restantes son conocidos como "cola roja" y "cola vinagre" respectivamente, encontrándose acogidos, en España, al Apéndice II del CITES.

Irene Pepperberg es una estudiosa de los loros grises africanos. Durante años ha investigado el comportamiento de estas aves y los resultados de sus estudios resultan sorprendentes. Esta etóloga y psicóloga estadounidense equipara la inteligencia de los yacos a la de un niño de tres o cuatro años.

Sin duda, la inteligencia, las capacidades de imitación de sonidos y la aptitud para reproducir, fielmente, el habla humana son los elementos más sobresalientes de estos loros. Las características reseñadas han convertido a los yacos en aves muy cotizadas, a pesar de su plumaje poco vistoso, teñido por varias tonalidades de color gris.

 

 

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