La OTAN carece de un documento escrito sobre protocolo, aunque ciertas reglas de ordenación o precedencias se han convertido en costumbre a aplicar.

La OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) no posee un documento escrito en el que se establezcan las normas protocolarias y de precedencias a seguir en la organización de encuentros y actos. Sin embargo, la oficina encargada de protocolo aplica unos principios básicos a la hora de celebrar ese tipo de eventos.

  • Las autoridades de los estados miembros prevalecen sobre las que ostentan algún cargo de carácter internacional. Entre las primeras, se sigue el orden alfabético en inglés del nombre del respectivo país. Por ejemplo, la autoridad portuguesa iría ubicada delante de la española.
  • En caso de coincidir autoridades de igual rango, dentro de una misma delegación, por ejemplo, el protocolo se establece en función de la fecha de nombramiento. Por tanto, tras aplicar la organización alfabética en inglés, se sigue este otro sistema de ordenación.
  • La estructura civil de la Alianza Atlántica precede a la estructura militar. Las autoridades civiles van, por tanto, delante de las militares en el sistema de precedencias.
  • En el protocolo de la OTAN, a diferencia de muchas normativas nacionales, los representantes ocupan el lugar de la autoridad a la que representan. Así, si al Ministro de Asuntos Exteriores de España le resulta imposible asistir a determinado acto de la Alianza, el representante permanente español ante la OTAN ocupa el asiento reservado al primero.
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