El protocolo de la Unión Europea se caracteriza por su simplicidad y flexibilidad, ya que diariamente se celebran multitud de actos en el seno de la Organización.

La creación de un protocolo propio de la Unión Europea ha pasado, desde el nacimiento de la Organización, por infinidad de vicisitudes. La complejidad del proceso ha sido evidente, si tenemos en cuenta la existencia de siete monarquías parlamentarias y una veintena de repúblicas, todas ellas con sus propios sistemas protocolarios.

El protocolo de la UE se inspiró, en un principio, en el de los estados miembros. No  obstante, debieron “inventarse” determinados aspectos no contemplados en las normativas nacionales. Por ejemplo, tuvo que establecerse el régimen de precedencias entre los países de la Unión, entre las diferentes instituciones, la organización de visitas oficiales etc.

En el seno de la UE se realizan, a diario, infinidad de actos, reuniones, visitas, contactos bilaterales etc. Este hecho ha provocado la evolución del protocolo comunitario hacia un modelo cada vez más simple y flexible. Sería incómodo e inviable, por ejemplo, desplegar un complejo y rígido ceremonial en los habituales encuentros entre mandatarios europeos.

Las instituciones de la Unión Europea se ordenan así:

  1. Parlamento Europeo.
  2. Consejo de la Unión Europea.
  3. Comisión Europea.
  4. Tribunal de Justicia Europeo.
  5. Tribunal de Cuentas.
  6. Banco Central Europeo.
  7. Comité Económico y Social.
  8. Comité de las Regiones.
  9. Banco Europeo de Inversiones.

Las precedencias entre las autoridades de la Unión siguen el siguiente orden:

  1. Presidente del Parlamento Europeo.
  2. Presidente del Consejo de la Unión Europea.
  3. Presidente de la Comisión.
  4. Presidente del Tribunal de Justicia Europeo
  5. Presidente del Tribunal de Cuentas de la UE.
  6. Presidente del Banco Central Europeo.
  7. Ministros de Asuntos Exteriores.
  8. Alto Representante para Política Exterior y Seguridad Común.
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