Muchas empresas solo piensan en lanzar de forma constante mensajes, mensajes y más mensajes y se olvidan de lo más importante: escuchar a su público.

Y es que sí, escuchar puede ser muy rentable para un negocio. ¿Por qué? Pues la respuesta es mucho más sencilla de lo que piensas: porque escuchar es gratis. Lanzar un mensaje a tus clientes, es decir, “hablar”, siempre implica un coste: spots, cuñas, flyers, social media… Sin embargo, escuchar a tus clientes no implica ningún coste económico, solo un pequeño esfuerzo que después será recompensado con creces.

 

Lanzar constantemente mensajes comerciales no te asegura que tus clientes estén prestando atención a lo que les dices, no obstante, si primero escuchamos qué quieren y después respondemos a esa necesidad o sugerencia, las probabilidades de conectar con ellos se incrementan exponencialmente.  Por lo tanto, al final hemos tardado más tiempo en construir el mensaje comercial, pero es seguro que será más efectivo y que no necesitaremos idear otro en poco tiempo porque no haya conseguido nuestro objetivo.

 

Muchas veces la falta de escucha activa es lo que lleva al fracaso a un negocio, hemos de recordarnos a todas horas que la razón de ser de una empresa son sus clientes y, si no conseguimos llegar a ellos, estamos acabados. Por ello, escuchar se impone como regla principal para triunfar, tiene lógica ¿verdad?

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