La tumbadora es un tambor de caja embarrilada hueca, fabricada principalmente con listones de madera. Su parche se tensaba con fuego, actualmente se hace con llaves.

Existen varias teorías acerca del origen de la tumbadora en América. Una de ella se remonta al tambor bocú procedente de África. Este era un tambor de una sola membrana, con cuero clavado, de caja abierta, larga, ligeramente tronconica, que era afinado con fuego y emitía un sonido agudo. Para tocarlo el intérprete se colgaba el tambor al cuello por medio de una correa en su lado izquierdo, su sonido y forma es bastante parecida al de la tumbadora. En Cuba, este tambor fue adoptado y fue utilizado en las comparsas de la región de oriente del país (Santiago de Cuba).

Otra de las teorías nos habla de los barriles encerrados dentro de los cuales se transportaba bacalao, que una vez vacíos eran percutidos por los marineros y gente de los puertos de las Antillas y de los “solares” o suburbios que se formaron en la periferia de los pueblos luego de la abolición de la esclavitud. Estos barriles producían un sonido profundo y agradable, muy parecido al sonido que entrega la tumbadora hoy día. La tumbadora se clasifica según el tamaño del vaso, el cual determina el registro del sonido que produce.

 Se conocen tres tamaños de tumbadora:

• Conga, (tumba o bajo) cuyo vaso posee el diámetro más grueso, y produce el sonido más grave.

• Quinto: es el tambor que tiene el diámetro más pequeño y por lo tanto da el sonido más agudo.

• Alto, segunda o conga; posee un diámetro intermedio entre el Quinto y el Bajo e igualmente así será su sonido.

 

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