Los Madrigales(1567-1643), reflejan perfectamente la evolución del estilo musical de Claudio Monteverdi, marcado por la transición del Renacimiento al Barroco. Se publicaron ocho libros de madrigales en vida del autor entre 1587 y 1638 y el noveno, póstum

La evolución lingüística y conceptual se percibe libro a libro. Los primeros cuatro libros podrían situarse en la primera práctica, aunque las armonías son cada vez más atrevidas y las disonancias, más originales y audaces conforme avanza la serie. El punto de inflexión está en el quinto libro donde el diálogo es llevado al límite entre el asentado perfeccionismo de lo antiguo y los emergentes valores en cambio de lo moderno, entre la tradición y la experimentación. Desde entonces, en los libros posteriores, caminan los madrigales monteverdianos sin posibilidad de retorno hacia algo más cercano a la cantata dramática o incluso la ópera en miniatura.

La necesidad de proyectar el texto con mayor claridad simplificó las texturas; por lo que  las dos voces más altas empezaron a destacar, mientras que las bajas actuaban como fundamento firme para la armonía. Este cambio produjo madrigales con menos voces, apoyadas por un bajo instrumental.

Monteverdi fue criticado por sus contemporáneos más conservadores, pero su hermano lo defendía aduciendo el modo en que equilibraba las exigencias del texto y de la música en sus madrigales. El concepto de que la música está supeditada al texto, se convirtió en el ideal de por vida del compositor, aunque sus tácticas fueron cambiando con el paso del tiempo.

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