Las causas por las que se puede finalizar un contrato de alquiler de vivienda son variadas.

Las causas por las que se puede finalizar un contrato de alquiler de vivienda son variadas y vienen recogidas de manera específica en la Ley.

Las más habituales son la falta de pago de la renta o de cualquiera de las cantidades cuyo pago haya asumido o corresponda al arrendatario (por ejemplo, recibos de la luz o del gas), así como la falta de pago del importe de la fianza o de su actualización.

También son causas de extinción del contrato, los supuestos en que el arrendatario, a su vez, alquile la vivienda a una tercera persona sin autorización del propietario.

Otro grupo de causas los encontramos cuando se produzcan daños en la finca o se lleven a cabo obras no autorizadas por el propietario (evidentemente, cuando esas obras debieran ser autorizadas por éste) o cuando en la vivienda tengan lugar actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas (fiestas a altas horas de la noche, ruidos constantes, molestias importantes a los vecinos y similares).

Finalmente, hay otras posibles causas: por ejemplo, cuando el propietario tenga que recuperar la vivienda para vivir él en ella o cuando la vivienda deje de estar destinada de forma primordial a satisfacer la necesidad permanente de vivienda del arrendatario. Pero estas causas son menos habituales.

1