Junto a Tomás Luis de Victoria y Cristóbal de Morales, Francisco Guerrero es uno de los grandes nombres de su época en el arte de la música sacra española del Renacimiento.

Francisco Guerrero nació en Sevilla el 4 de octubre de 1528 y murió el 8 de noviembre de 1599. Casi toda su vida profesional transcurrió en Sevilla.

Con solo 17 años, fue nombrado maestro de capilla de la catedral de Jaén y posteriormente de la catedral de Málaga. Su música se distingue por una abundante obra instrumental, además de las obras vocales sacras. Su música gozó de amplia distribución, se imprimió en Sevilla, París, Lovaina, Venecia y Roma, llegando a puntos más alejados de Europa y a América.

Compuso 18 misas y unas 150 piezas litúrgicas diversas, incluyendo motetes, salmos, vísperas, además de canciones sacras y profanas. Su obra siguió interpretándose mucho tiempo, especialmente en las catedrales americanas. Como sus contemporáneos españoles, prefería las texturas homofónicas, con una voz dominante y las otras subordinadas a ella.

Anticipó la armonía funcional, lo que dio lugar a que uno de sus Magníficat, cuya partitura anónima fue encontrada en Lima, fuera considerada mucho tiempo una obra del siglo XVIII.

 

 

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