Existen ciertas razas caninas que se categorizan como “perros potencialmente peligrosos”, pero ¿son peligrosos realmente?

Pitbull, rottweiler, dogo… Son razas que, por su complexión física y su carácter, pueden suponer un peligro para las personas, de ahí que sea necesaria una licencia para acreditar que tenemos las capacidades física y psicológica suficientes para controlar a este tipo de perros si queremos tener uno. No obstante, cada vez se impone más una idea contraria a esta: la de que el peligro del perro se debe a la conducta de su dueño. Y esta idea es corroborada por estudio publicado en la revista Applied Behaviour Science.

 

Este estudio ha sido realizado por investigadores británicos, que efectuaron una encuesta a cuatro mil dueños de perros para analizar la conducta agresiva de sus mascotas en situaciones de riesgo. ¿La conclusión? Que el carácter del dueño determina el grado de agresividad de su perro, no la raza del mismo. Por ejemplo, según las encuestas, los perros que habían sido educados a través del castigo, tenían más probabilidades (el doble) de gruñir y morder a extraños. De hecho, las variaciones en estos comportamientos entre razas peligrosas y no peligrosas son mínimas (menores del 10%), si bien es cierto que, por sus atributos físicos, un rottweiler hace mucho más daño que un chihuahua.

 

Imagen: outlier*.

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