Ser piloto de Fórmula 1 es una tarea difícil, no todos valen para ello.

Los pilotos de la máxima categoría del motor, como es la Fórmula 1, son deportistas que se salen de lo normal. Parece fácil llegar, ponerte un mono y montarte en un fórmula 1, apretar el acelerador y dedicarte a dar vueltas por una pista. Detrás de una vuelta al circuito, hay mucho más que el simple hecho de montarte en un monoplaza.

Está la preparación física, para poder aguantar las fuerzas G, que producen las altas velocidades a las que circulan por la pista, más la aceleración y desaceleración en segundos. Se necesita fuerza en las manos, para sujetar el volante y en el cuello para soportar las curvas.

Una buena preparación en general para aguantar las altas temperaturas de algunos circuitos duplicadas, cuando además se ponen el traje ignífugo, el mono, el casco y aún más a la hora de meterse en el "Cockpit" o asiento del conductor. Si se trata de un mal día, tal vez estemos hablando de salir empapados del coche, soportando una lluvia que apenas deja ver mas allá del morro del monoplaza.

A todo esto, hay que añadir lo más importante. Todas y cada una de las veces que estos súper hombres se montan en los coches de fórmula 1, están jugándose la vida.

Por todo esto y mucho más, estas personas se merecen el mayor de nuestro respeto y admiración, llámense como se llamen, o vengan del país que sea.

Mamenf1

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