La reputación online puede ser preventiva o reactiva. Analizamos aquí la diferencia entre ambas en el campo de la reputación personal online

En otros manuales hemos hablado de términos como la reputación defensiva o la reputación personal. Vamos ahora a ver en qué consiste la reputación online preventiva, sobre todo enfrentándola al concepto de reputación online reactiva.

Al igual que en otros manuales, vamos a centrar la información en el caso de la reputación personal, pero es válido también para la reputación corporativa.

La gran diferencia entre la reputación online preventiva y la reputación online reactiva es el momento en el que nos preocupamos por ella. Esto es:

  • El trabajo de reputación preventiva es el que llevamos a cabo antes de que tengamos un problema de reputación online.
  • Sin embargo, en la reputación online reactiva, el trabajo o preocupación aparece después de que “haya estallado el escándalo” o haya aparecido información no deseable sobre nosotros. (La información no deseable no ha de ser negativa necesariamente).

Son varias las diferencias que nos encontramos a la hora de afrontar un tipo u otro de problema. Podemos destacar las siguientes:

  • La urgencia. En la reputación preventiva el tiempo juega a nuestro favor. Conforme más tiempo pase, más se asentará el trabajo que hacemos en pro de nuestra reputación. Sin embargo, en la reactiva, el tiempo juega en nuestra contra. Necesitamos actuar rápidamente. Y las prisas nunca son buenas consejeras.
  • La eficiencia (conseguir nuestro objetivo de proteger nuestra reputación). Si partimos de una situación en que la primera información que aparece en Internet sobre nosotros es precisamente la información no deseada, nos va a ser mucho más difícil lograr quitarle relevancia (pudiendo darse el hecho de que no lo consigamos). Hay que pensar que en Internet hay factores como el tiempo que lleva la información publicada que afectan a la “visibilidad” de nuestra información. Por eso, si trabajamos previamente, nuestro trabajó será más eficiente.
  • La eficacia (conseguir proteger nuestra reputación con el menor esfuerzo). Cuanto más trabajo tengamos hecho previo en nuestra reputación, más sencillo será quitar relevancia a la información no deseable que haya aparecido sobre nosotros. De hecho, podemos incluso conseguir que esa información no llegue a tener relevancia si hemos trabajado duramente.
  • La inversión económica. Como la eficacia y eficiencia de las acciones tomadas son menores en la reputación reactiva, es evidente que habrá que invertir más dinero (si contratamos a una empresa o profesional externo) o más tiempo (si lo hacemos nosotros) que en el caso de la reputación preventiva.

Leyendo lo anterior, es evidente que soy un defensor de la reputación online preventiva (no lo oculto). En medicina se utiliza mucho el dicho “es mejor prevenir que curar”. Sin embargo, en el mundo de la reputación online, también ocurre como en medicina: no solemos trabajar nuestra salud (o reputación) hasta que no aparece una enfermedad (un problema).

¿Prevenir o curar? En tus manos lo dejo…

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Julián Casas Luengo Julián Casas Luengo es empresario. Experto en reputación online personal, dirige la empresa de comunicación Grupo ROS (ROS multimedia). Bloguero en El Economista y profesor de la EOI, es un enamorado de la cooperación empresarial (clústeres) y Panamá.