El ecocidio se define como el deterioro del medioambiente y la consecuente destrucción de ecosistemas.

¿A qué se debe el ecocidio? Sí, como te lo imaginabas, a la acción directa o indirecta del ser humano. Algo paradójico, pues el ecocidio amenaza la existencia misma del ser humano.

 

A lo largo de la Historia se han sucedido infinidad de ejemplos de ecocidio, puede que el más conocido sea el de la Isla de Pascua. Esta isla era rica en vegetación y fauna, una de las colonias de aves marinas más exuberante del Pacífico. Cuando los polinesios llegaron fueron consumiendo todo cuanto podían: a medida que la población crecía, aumentaba su consumo de los recursos naturales, cazaban más, pescaban más, talaban más…

 

Como resultado los recursos empezaron a escasear y la población se vio afectada por una hambruna sin predecentes. Ante esta desgracia, el pueblo imploró a los dioses, construyendo estatuas moais cada vez más grandes y desertificando, como consecuencia, los castigados bosques, pues necesitaban más y más madera. La población disminuyó por encima del 90%.

Pero las consecuencias de lo sucedido en la Isla de Pascual siglos atrás han llegado hasta el siglo XXI y se han unido a los resultados devastadores de otros ecocidios. En el mundo actual, los procesos que tienen efectos negativos sobre los ecosistemas son muy diversos, desde el uso diario de productos no biodegradables hasta los pesticidas para el extermino de plagas en campos de cultivos.

La globalización ha estandarizado también estos procesos productivos que contaminan la tierra y el aire y el calentamiento global es una realidad cada vez más palpable y con consecuencias inminentes, ¿estamos en una situación parecida a la que vivieron los habitantes de la Isla de Pascua? Los recursos se agotan y no construimos estatuas más grandes a los dioses, pero sí desarrollamos modelos de producción que solo buscan cada vez más beneficios a corto plazo sin medir las consecuencias a largo plazo.

 

Imágenes: Matt and Kim Rudge, Nils Ally.

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