Las lunas del coche aguantan el 30% de la resistencia del coche.

Diversos estudios demuestran cómo esos simples cristales que aparentan tener una función simplemente estética, son los responsables de aguantar prácticamente el 30% de la resistencia total de la estructura que compone los automóviles. Por ello, cualquier pequeña rotura puede resquebrajar el cristal, restándole cualquier tipo de protección y convirtiéndolo en un arma mortal. Hay que considerar que, además de los accidentes, tanto la gravilla de la carretera o los cambios bruscos de temperatura pueden ser muy dañinos para ellas. 

Las lunas fueron creadas en la primera década del siglo XX, utilizando materiales bastante endebles que han ido mejorando a lo largo del tiempo. La gran novedad fue introducida por Edouard Benedictus que, por casualidad, descubrió el que sería el primer parabrisas que al golpearse no se haría añicos, el “Triplex”. La historia de los cristales pasó por una modalidad a los que se llamó “templadoss”, hasta llegar a los actuales cristales “laminados” de gran resistencia y de fácil reparación. 

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