La enfermedad de la rabia se cobra anualmente miles de vidas.

La rabia, además de ser una enfermedad que afecta a los animales, también afecta a los seres humanos y no tiene cura. Aunque parezca un mito del cine, en realidad no lo es; puesto que se encuentra alojado el virus en las secreciones animales y puede transmitirse a través de una mordedura o un arañazo por parte de un animal infectado (que puede ser tanto salvaje como doméstico. El periodo de incubación puede resultar bastante largo, manifestándose mediante estados febriles o de malestar cutáneo, pudiendo derivar en la denominada encefalitis cerebral.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) dispone de estudios que ponen de manifiesto la elevada mortalidad que produce esta enfermedad a lo largo y ancho del mundo. En concreto, anualmente fallecen cerca de 55.000 personas como consecuencia de la rabia. En caso de ser atacado por un animal portador de la enfermedad se debe acudir inmediatamente al médico para tratarse y evitar su evolución en el sistema nervioso. 

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