Las especies invasoras pueden producir, en la nueva zona donde se introducen, un impacto ecológico, económico y de salud.

Una de las mayores amenazas para la biodiversidad es la introducción, intencionada o accidental, de especies exóticas (no nativas) que desarrollan un comportamiento invasivo, desplazando a especies nativas y causando graves daños a los ecosistemas.     

Las especies invasoras son animales, plantas u otros organismos que han sido transportados e introducidos por el ser humano en un hábitat fuera de su área de distribución natural y que consigue establecerse y dispersarse en la nueva región, donde resultan dañinos.

Hay que tener en cuenta y diferenciar que no todas las especies exóticas son invasoras. Hay ejemplos muy positivos como el tomate y la patata, que son muy útiles y conviven a la perfección con otras especies.

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