"Me duele la cabeza... Me tomaré una aspirina" Entre los medicamentos más comunes de nuestro botiquín se encuentran los analgésicos.
Un analgésico es un medicamento que calma o elimina el dolor. Aunque vulgarmente se usa la palabra de manera arbitraria porque el objetivo de todo medicamento es reducir el dolor. Algunos ejemplos famosos son: el paracetamol, la morfina, los corticoides o los antidepresivos.
Los tipos de analgésicos, clasificados de mayor a menor por la Organización Mundial de la Salud, son:
1.- Los antiinflamotorios no esteroideos (AINE).
2.- Los opiáceos mayores.
3.- Los opiáceos menores.
4.- Los fármacos adyuvantes.
El paracetamol se encuadra dentro del primer estadio, en los antiinflamatorios no esteroideos, pero en realidad no es tal. Los AINE son analgésicos, antiinflamatorios y antiagregantes plaquetarios. Si se abusa o se rebasa su consumo recomendado tienen grandes contraindicaciones y efectos adversos como la hemorragia. El ejemplo más universal es el acido acetilsalicílico, conocido por su marca comercial: Aspirina.
Un ejemplo de opiáceo menor es el tramadol. Un opiáceo mayor y natural es la morfina. Y fármacos adyuvantes son la hidrocortisona, utilizada en crema para infecciones comunes como los orzuelos; la fluoxetina (conocida comercialmente como Prozac) utilizada como antidepresivo; o la fenitoína, que es un anticonvulsivo o antiepiléptico.