Salomón Shang es un escritor español colaborador de varios medios escritos y que prepara su primera novela.

Salomón Shang nace en Barcelona en 1976 nieto de los populares clowns españoles “Los Rudi Llata” y a partir de ahí pasa parte de su infancia en la itinerante vida del circo. En sus largos períodos de estancia en Barcelona cursa sus primeros estudios en la ya desaparecida Academia Almi Balmes, escuela que aplicaba el método Montessori y que será una revolución para su posterior concepción de la cultura así como de la vida. Desde sus primeros años hasta casi la mayoría de edad, Shang se interesa por las artes marciales, destacando en la práctica del Taekwondo.

Estudia teatro en Paris en l’ Ecole Jacques Lecoq, escritura cinematográfica en la escuela de cine de San Antonio de los Baños y en la New York Film Academy. En Barcelona estudia también dirección cinematográfica en el Centre d’Estudis Cinematogràfics de Catalunya. Una especie de tesis realizada durante el tercer curso con los alumnos del curso de interpretación se convertirá en su primera película a los veintidós años; Después de la luz. Una delirante propuesta cinematográfica donde todos los personajes que sobreviven a una guerra habitan en un mismo edificio, en un país ficticio y en el contexto de un conflicto bélico fantástico. El argumento del film está completamente deconstruído y la película, sobrefilmada de una manera casi histérica.

Actividad artística

Tras el primer film que acude a festivales como el de Roma o Figueira da Foz, Salomón escribe junto a José Luis García, con quién ya ha escrito este primero, su segundo film; Metropolitan. Con el rodaje de esta película, ambos guionistas fundan lo que más tarde será la productora Kaplan; “un proyecto empresarial con el que concebir productos cinematográficos que fundamentalmente puedan ser catalogados como lo que debería llamarse anticine, es decir, un entretenimiento nefasto”. Así definen ambos su proyecto en la rueda de prensa de presentación de su propia película ante los medios españoles antes de viajar a la sección oficial del festival de cine de Moscú en el año 2001. Metropolitan es un film de casi cien minutos de metraje, en blanco y negro, sin diálogos y en el que una mujer de cuarenta años de edad y un menor de quince comparten una noche de actividad sexual desenfrenada tras conocerse en un desquiciante bar de copas. A esta película, le siguen más de una veintena, del mismo estilo y formato, que durante la primera década del dos mil desarrollaron la actividad maníaca de Shang en Barcelona. Más de veinticinco films en diez años claramente experimentales, aislados de público y crítica, películas que resultan casi acotaciones o notas a pie de página de otras películas suyas, una especie de desinterés total por las formas narrativas y el lenguaje, una deprimente visión de las formas que convertía una sesión del séptimo arte en un irracional intento por desesperar al público. Seguramente una trasposición de su depresión crónica a todas esas películas.

Otras actividades paralelas

Su hiperactividad durante la década del 2000-10 le lleva a fundar una distribuidora junto al ya fallecido Alberto Del Val con la que se proponen estrenar en los cines españoles películas de difícil comercialización como El Arca Rusa de Alexander Sokurov. En esos años adquieren también los cines Casablanca de Barcelona y Shang alterna toda su actividad con la exhibición cinematográfica de películas en versión original producto de una nueva crisis hipomaníaca.

El Milagro

En 2011, en plena etapa depresiva, Shang viaja a un vertedero de Trujillo, Perú, donde dirige el documental El Milagro, donde expone en primera persona la explotación infantil que se lleva a cabo en el lugar. El documental se estrena en el Festival de Santa Bárbara.

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