La sinalefa es la unión de dos vocales, pertenecientes a palabras distintas, que conforman una sola estructura silábica. Este fenómeno se produce en el cómputo de las sílabas métricas.

Según la RAE, una sinalefa es:

Enlace de sílabas por el cual se forma una sola de la última de un vocablo y de la primera del siguiente, cuando aquel acaba en vocal y este empieza con vocal, precedida o no de h muda. 

La sinalefa es un fenómeno que surge al realizar el cómputo de las sílabas métricas. El verso posee reglas distintas a la prosa, a la hora de efectuar dicho conteo. Así y dentro de cualquier verso, si una palabra finaliza en vocal y la siguiente comienza, también por vocal, ambas se unen en una misma estructura silábica, dando lugar a una sinalefa. De hecho, podría decirse que esta figura fue creada por "comodidad" para los poetas, con la finalidad de disminuir el número de sílabas existentes para que coincidiesen las estructuras de los versos entre sí. 

Ejemplo: “Estaba echado yo en la tierra en frente”. (Verso con once sílabas métricas y tres sinalefas, señaladas en negrita). “Anda y ve y dile a tu madre” (verso octosílabo, que incluye tres sinalefas).

La sinalefa puede ser simple o múltiple, es decir, que en primer caso se va a formar con las vocales de dos palabras; mientras que en el segundo caso, lo va a hacer con tres palabras o más. En esta figura métrica en su formato doble, la estructura suele encontrar las vocales fuertes y las débiles en el centro o en los extremos respectivamente. La diferenciación ente ambos tipos de vocales se basa en que los expertos establecen la escala según sean abiertas o cerradas en el siguiente orden: a, o, e, u, i (estas dos últimas con las que se consideran como débiles). 

A la hora de aplicar una sinalefa, tenemos en cuenta los sonidos y no la grafía de la letra. Es decir, una 'y' tiene el sonido 'i', por lo tanto, la incluimos al hacer la sinalefa. Lo mismo ocurre con la h, que, al ser muda, adquiere el sonido de la vocal que la acompaña.

Sin embargo, la sinalefa puede no aplicarse, en determinados casos, por parte del autor. Generalmente, se prescinde de la regla cuando la segunda de las sílabas es tónica. Por ejemplo: “Tiene la mariposa cuatro alas”. (Es un verso endecasílabo, se ha renunciado a emplear la sinalefa indicada).

Una de las excepciones a esta norma lo constituye cuando las formaciones de ui, ia, ue, ie, preceden a una h, aunque sea sorda.

En el cómputo de sílabas métricas deben tenerse en cuenta, además, las siguientes reglas:

  • Si el verso concluye en palabra aguda, debe contarse una sílaba más.
  • Si el verso termina en palabra esdrújula, ha de computarse una sílaba menos.

Por ejemplo: de una Babel de cristal”, (es un verso octosílabo, ya que se aplica la sinalefa señalada en negrita y la última palabra es aguda).

 

Imagen: kumsval.

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