Génesis 12:2-3 "...Y haré de ti una nación grande y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición..." "...y a los que te maldijeren maldeciré y serán benditas en ti todas las familias de la Tierra."

"Cuando Dios comenzó a ampliar el proyecto de salvación para toda la humanidad, empezó con un hombre de características especiales para que fuera el fundador de un pueblo que sería el depositario de aportar en su nacionalidad la figura del profetizado hijo de Dios.

Cuando este hombre estuvo preparado en edad y experiencia, Dios lo visitó y le dijo: Sal de tu parentela y ve al lugar que te mostraré, porque haré de ti el patriarca de una nación grande y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré los que te bendijeren, a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la Tierra”.

Tal mente parece que el ofrecimiento de Dios era demasiado grande para él, porque la gran dificultad que tenía este hombre para llevar a cabo tal empresa es que no tenía hijos y que, además, humanamente imposible que llegara a tenerlos. Sin embargo, no hay en Abraham un momento de duda, sino que creyó totalmente en lo que Dios le prometía. Esto es vital para triunfar en los caminos del Señor.

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