Elizabeth Magie creó, en 1904, "El juego del terrateniente", precedente del actual Monopoly.

Aunque resulte paradójico, la intención de Magie era demostrar a la gente las maldades del capitalismo salvaje y las injusticias que provoca. Un siglo después, puede afirmarse que la inventora fracasó en su intento de remover conciencias, aunque el éxito del juego, en los cinco continentes, ha sido indudable.

En los años treinta, Elizabeth Magie vendió la patente a Parker Brothers. Los propietarios de esta compañía fueron los encargados de lanzar al mercado el juego, tal y como hoy lo conocemos. La adaptación española de Monopoly la realizó la empresa Borrás, en los años cincuenta del siglo pasado.

Actualmente, existen versiones del juego en más de cien países y se ha traducido a cuarenta y tres idiomas. La partida más larga, de que se tiene constancia, duró setenta días. Se han vendido casi trescientos millones de ejemplares en todo el mundo y, desde su explotación comercial, han sido innumerables los campeonatos mundiales celebrados.

Algunas de las ciudades españolas reflejadas en las casillas de Monopoly han sido Barcelona, Madrid, Málaga, Murcia y Valencia.

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