Como todas las capitales, Oporto cuenta con una See, muy importante en su historia.

La Catedral es una iglesia que en parte recuerda a una fortaleza, cuyos cimientos datan del siglo XII, pero con muchas modificaciones en siglos posteriores. El rosetón, así como sus torres, son románicas, el pórtico es barroco, y su claustro es gótico. Destaca de esta construcción el claustro, muy importante dentro del gótico luso. Merece la pena visitarlo para contemplar los paneles de azulejos que cubren las paredes de las galerías inferiores, donde se describen escenas inspiradas en la Biblia (El cantar de los cantares) y paganas (La metamorfosis de Ovidio).

Frente a la catedral se encuentra una plazuela, limitada por el antiguo Palacio Episcopal a un lado, y por una torre medieval en otro, donde cerca podemos encontrar una oficina de información.

En el centro de este espacio, existe un pelourinho neopombalino. Una buena zona desde donde mirar los tejados, aunque Oporto ofrece tantos miradores casi como rincones desde los que observar la vieja ciudad. Desde aquí podemos bajar por unas escaleras al mismo "Cais da Ribeira" y comprobar el pésimo estado en que se encuentra el viejo vecindario. Por esta zona accederemos de forma muy rápida a la orilla del Duero.

Fotos de Manuel González

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