La producción lechera en Argentina crece de manera progresiva desde 2005.

La leche y sus derivados son productos esenciales en la economía argentina. Al tratarse de uno de los países productores de carne bovina más importantes, detrás de países como Uruguay, la leche de vaca es una de las principales materias primas en el mercado.

Históricamente la leche argentina empezó a tener cierta relevancia desde la Revolución de Mayo. La cultura indígena que habitaba la región del Río de la Plata no consumía leche, las vacas lecheras se sacrificaban y se utilizaban como alimento. Cristóbal Colón fue el primero que introdujo las vacas lecheras en el continente, y hasta la llegada de las colonias escocesas, inglesas y francesas no se asentó un importante mercado de la leche. A finales del siglo XIX, llegaron a Buenos Aires varias familias vascas (del norte de España), que se convirtieron en grandes productores de leche.

Ya en la primera década del siglo XXI, la leche sigue siendo una importante materia prima. La Dirección Nacional de Agroindustria del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina elabora informes estadísticos de manera anual.

En el último lustro de la década vemos una importante evolución positiva de la producción lechera. En 2009 la producción total creció un 5,92% más que en el año 2005, con un volumen de 10.055 millones de litros producidos.

De los 9.493 millones de litros producidos en 2005, el 75,72% fue destinado a la elaboración de productos lácteos como yogures, queso, cremas o salsas; el 17,03% se destinó a la producción de leche fluida como producto final o materia prima secundaria de otros productos; y el 7,25% restante fue leche cruda destinada a otros fines fuera del circuito industrial formal.

En 2009 sin embargo los porcentajes variaron levemente. El 74,51% fue destinado a la producción de productos lácteos; el 18,04% para leche fluida; y el 7,45% para otros usos informales de la leche cruda, como la elaboración de cosméticos o medicamentos.

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