En 2010, el promedio de niños nacidos vivos, como indicador de la fecundidad, fue de 1,7.

Los niveles de fecundidad en México han sufrido importantes cambios en las tres últimas décadas. Las mujeres mexicanas cada vez tienen menos hijos, lo que se ve propiciado por tres elementos esenciales: la edad, la escolaridad, y el desarrollo social. 

Así, según se recoge en el Censo de Población y Vivienda 2010 publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la Tasa Global de Fecundidad ente 1990 y 2009 se ha reducido, pasando de un 2,9% durante la primera década a un 2,4% en la segunda. 

Las mujeres que superan los 39 años cuentan con las principales bajadas relativas en la fecundidad, lo que también ocurre en las mujeres de entre 20 y 34 años (18%) y en las que se encuentran entre los 15 y los 19 años (11,7%); aunque en estas últimas resulta menos notable.

En 1990, la media fue de 2,4 niños nacidos vivos; descendiendo en 2010 hasta una tasa de 1,7. Lo que supone una reducción del 40% del índice de fecundidad. También se observa que, en aquellas localidades con un mayor Índice de Desarrollo Humano o con más habitantes, la fecundidad disminuye.

Además, donde se aprecian importantes diferencias es en la relación entre escolaridad y fecundidad. Cuanto mayor es la formación de las mujeres entre 15 y 49 años, menos hijos tienen. Este es el caso de las mujeres con estudios superiores, cuya media es de 1,1 hijos; mientras que las mujeres sin estudios, o que no han llegado a completar la primaria, alcanzan una media de 3,5 y de 3,3 hijos.

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