¿Cómo te adaptas a las circunstancias?

La naturaleza nos demuestra que si te muestras rígido puedes quebrarte con mayor prontitud que si eres flexible, dispuesto a mimetizarte con el ambiente, fluido para asumir las variadas formas que necesites, versátil para acudir a la habilidad más afín a cada situación, dispuesto a relacionarte con el entorno que te rodea, personas, tecnología, conocimiento y actividades.

La flexibilidad no es solo un requisito, sino una necesidad para que te puedas adaptar a tus circunstancias, enfrentarte al entorno cambiante, poder fluir con las novedades y avances que surgen para beneficiarte y, sobre todo, para que evites chocar con las otras personas, los grupos de trabajo, las culturas y las situaciones.

Ser flexible no implica variabilidad, sino ductilidad. No se trata de que los demás te cambien tu forma de ser y comportamiento sin razón, sino de entender las diferentes posiciones y estar abierto a incorporarlas a nuestros comportamientos. Se trata de aceptar las diferencias y poder convivir con ellas, aprender a negociar y encontrar puntos intermedios entre las posiciones extremas.

Si logras aprender, ¿por qué no aumentar tu conocimiento e incorporar aquello que aparentemente no nos es familiar? Ser flexible no es cambiar el rumbo como una veleta, sino aprender a moverte con facilidad dentro de la diversidad, manteniendo tu identidad.

 

Soraya Bayo Romero

Coach Prof. Certificada

Consultora y Formadora

www.levantesoluciones.es

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