Los niños viven el verano prácticamente sin horarios de rutina establecidos. Coger el ritmo y acostumbrarlos a los madrugones, puede ser tarea ardua para los padres y para los propios chavales.

Algunos consejos para que la “vuelta al cole” sea un proceso de adaptación hacia la nueva rutina:

-    Lo primero es el sueño. En verano el horario del niño para ir a la cama suele retrasarse (las tardes son más largas y al día siguiente no hay que madrugar), por ello, una semana antes de comenzar el colegio es aconsejable ir ajustando el nuevo horario.

-    Es probable que el niño vaya a la cama pero no duerma; se irá acostumbrando. Para potenciar el descanso puedes bañarlo previamente, poner música tranquila, leerle un cuento… De esta forma su mente se irá relajando.

-    Los madrugones son muy duros. Para que el niño se acostumbre y no sufra mal despertar, se aconseja ir despertándolo 15 minutos antes cada día, con besos y mimos y un buen tazón de leche calentita.

-    Si es el primer año de colegio, aprovecha los días previos al inicio de clases para enseñarle el edificio donde tendrá que convivir a partir de ahora. Si ya es veterano, aprovecha esos días previos para recordarle algunos nombres de compañeros, de la profesora, probar el uniforme, revisar trabajos del año anterior… Son muy útiles para animarles frases positivas como “irás al cole de mayores”, “tendrás tu mochila nueva”…

-    Llega el primer día de colegio. Los padres deben transmitir seguridad a los hijos para evitarltemores y estrés. Es aconsejable que un miembro adulto, padre o madre, acompañe al niño en su primer día de colegio y, si es muy pequeño, permitirle que lleve algún juguete o muñeco de casa que le otorgue seguridad.

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