El fuerte de Peniche, en Portugal, “mandada construir no século XVI, por D. João III”, se conserva en muy buen estado y dentro alberga algún museo de interés.

Hay que decir que este fuerte forma parte de un sistema de fortificación más amplio que rodean la población. El pueblo acabó creciendo fuera de las murallas, gracias en parte al turismo. Eso no quiere decir que se destruyeran los muros ni nada, pues forma gran parte de su atractivo. Solo en lugares muy excepcionales, como Badajoz, se ha permitido destruir murallas en pleno siglo XX. Como en muchos lugares de la costa, tuvieron que fortificarlo para hacer frente a los corsarios ingleses, franceses y piratas berberiscos. En esta ocasión, cuenta además el fuerte con un acceso desde el océano por debajo de la muralla para poner a salvo las barcas que transportaran gente o mercancías desde las naves, fondeadas metros atrás. La historia de este lugar es bien amplia, acogiendo presos alemanes de la Primera Guerra Mundial o presos políticos en épocas más recientes.

Dento de la fortaleza que recomendamos visitar, además de un barco de salvamento, se encuentra la prisión que se mantuvo bajo el régimen del dictador Salazar. Se pueden ver algunas estancias como el lugar de visitas a presos o la zona de interrogatorios. Un lugar que preservan para recordar que hasta hace nada Portugal sufrió una dictadura.

Fotos de Manuel González.

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