Cuando llegue, piensa que en la jornada siguiente vas a sentir de nuevo alegría de vivir

Un sentimiento que es muy común en todas las personas y que acrecienta sus efectos en la adolescencia, es el desánimo. Muchas veces, provocada por no tener agrado por lo que haces, observar los triunfos de los demás y tu poca fortuna, la envidia, la baja autoestima, la desilusión amorosa y la carencia de afecto; así como el no encontrar valor ni trascendencia en tu vida.

Independiente de que su origen sea físico, las emociones son las que nos juegan una mala pasada, y por ello, deberás atacar los efectos devastadores del desánimo desde el punto de vista emotivo. No será el momento de castigarte ni recriminarte por sentirte desanimado, y tampoco de realizarte juicios innecesarios por no querer salir a divertirte. Será, por el contrario, el momento de consentirte más que nunca; permitirte expresar toda esa energía reprimida para encontrar desahogo; y sobre todo, buscar ayuda en aquellas cosas y actividades que más te gustan.

Lo más importante del desánimo es entenderlo y no estigmatizarlo; es decir, que no se te convierta en un trauma su llegada. Todos tenemos episodios de alegría y tristeza, anhelos de vivir y abatimiento en donde no sentimos ganas de nada. Pero por ello, no debemos sentir que este estado va estar presente de forma indefinida y que ya no podemos más. Por el contrario, cuanto más rápido nos demos cuenta que es un episodio pasajero, real (pero que podemos superar), entonces reduciremos el impacto del desánimo en nuestras vidas.

No será lo mismo, sentir el desánimo en un día y saber que en la jornada siguiente vamos a sentir de nuevo alegría de vivir. Para lograrlo, hay que darle al desánimo el justo lugar e importancia en nuestra vida, ni un minuto ni segundo adicional. Si vas a sentirte triste, debes delimitar el tiempo de sufrimiento, llorar con intensidad pero solo por un período fijo y determinado. El desánimo puede llegar de forma inesperada; pero si delimitamos sus efectos, no dejaremos más que gobierne nuestra vida, actuaciones, pensamientos y sentimientos.

Soraya Bayo Romero

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"Potenciando Resultados"

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