Tener protegido nuestro ordenador contra virus e intrusiones no deseadas es fundamental. Existen multitud de herramientas en el mercado que actúan a dos niveles: activo y pasivo.

Podemos decir que la seguridad activa de un equipo informático es la protección que instalamos y ejecutamos nosotros mismos para neutralizar los posibles ataques. Un firewall es un ejemplo de seguridad activa, pero también el empleo de contraseñas, la encriptación de datos importantes o la instalación de software de seguridad como antivirus o antiespías.

 

La seguridad pasiva, por su parte, se refiere a las medidas que ya están implementadas en los sistemas informáticos para proteger los componentes del equipo o disminuir los posibles efectos adversos de la acción del usuario o de un malware. De esta forma, son técnicas de seguridad pasiva el hardware frente a accidentes y averías, como un dispositivo SAI, o la realización de copias de seguridad y creación de particiones lógicas en las unidades de disco para almacenar las mismas.

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