La verdolaga es una planta que pasa casi desapercibida y fácil de encontrar en los jardines por los que paseamos en nuestras ciudades y pueblos.

Su nombre científico es Portulaca Oreracea, aunque también es el título de una canción de Pedro Infante.

Su uso terapéutico y culinario proviene del Himalaya y de las estepas rusas. Florece al final de la primavera y es fácilmente reconocible por la forma de sus hojas, aunque sus flores, de color amarillo, también nos ayudarán. Es una planta anual y muy común.

En la cocina, especialmente en la mexicana, se utiliza de forma habitual. Las hojas frescas se utilizan para ensaladas y como acompañamiento de carnes y pescados.

Sus usos terapéuticos son varios, como inhibidor inflamatorio, como cosméticos o como calmante para las irritaciones de la piel. Pero su uso mayoritario, responde a sus cualidades como laxante natural, por el mucílago que contiene, y diurético. Una infusión de hojas de verdolaga nos permitirá aprovechar todos sus beneficios de forma natural y sencilla, con un vaso al día. Y de forma más concentrada, para aliviar dolencias cutáneas, aplicándola directamente.

Es una planta común a la que tenemos acceso casi a diario, así que debemos aprovecharla.

 

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