Nuestra huerta-jardín puede llenarse de color en otoño, y el crisantemo puede ser una de las flores elegidas.

Crysanthemum morifolium. Así se conoce científicamente el Cristanemo, una flor sobre la que se han escrito cuentos y leyendas. Sus colores y el número de sus pétalos han inspirado muchos cuentos populares.

Es una flor originaria de China, donde es utilizada como ornamento. Posteriormente, llegó a Japón; donde es considerada una flor santa. Hasta el siglo XVIII, no llegó a Europa a través de Francia. Esta flor alcanza su máximo esplendor entre finales del verano y principios de otoño. Tiene una gama de colores muy amplia: blanco, amarillo, crema, rosa, lila, melocotón y hasta color caoba oscuro. Pueden llegar a alcanzar hasta 1,20 centímetros de altura, y necesita ser abonado con frecuencia; aunque nunca más de tres veces al año.

Es una planta que se encuentra bien, tanto en el exterior como en el interior, aunque debemos tener cuidado con el frío en la época de floración. El suelo debe estar bien drenado y con cantidades suficientes de hierro y de manganeso. Florecen durante al menos tres semanas; y la flor ya cortada, puede mantenerse en buen estado durante más de dos. Se propaga por los esquejes y la división de sus matas. Debemos tener especial cuidado con la mosca del crisantemo, la araña roja y los nemátodos del suelo.

María García Sánchez

Gestora de Proyectos

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