Miquelangelo, coreografía creada para la Danza Nacional de Cuba, hace revivir a través del movimiento la imagen plástica del David de Miguel Ángel

Coreografía: Víctor Cuéllar

Música: Sergio Vitier

Como la mayoría de las obras de Víctor Cuéllar, esta coreografía destaca por el alto nivel técnico e interpretativo, en la que marcó pauta la figura de Rubén Rodríguez, que podría considerarse como una de los más grandes intérpretes de la danza cubana de todos los tiempos. Su madurez escénica, la belleza y plasticidad de sus movimientos y, sobre todo, la energía que irradiaba en cada una de sus interpretaciones, daban a su forma de bailar una cualidad muy particular, logrando una versatilidad incomparable.

Miquelangelo lleva al creador a desarrollar un nuevo planteamiento escénico fuera de lo convencional, con una búsqueda de elementos más novedosos en cuanto a la utilización de la luz y la teatralidad como punto de partida.

El alto nivel técnico, en cuanto a la complejidad de los giros con torso, los movimientos percutidos, el fuerte trabajo de las piernas y la intensidad de la interpretación, hacen de este ballet una de las coreografías mas virtuosas del repertorio de la danza moderna cubana, que, sin lugar a dudas, se convierte en un valioso aporte para los futuros creadores e intérpretes.

La genialidad de esta pieza se manifiesta a través de ese discurso entre el creador y el intérprete, entre la poesía y la danza, la locura y la pasión de un hombre que se desdobla, ya bien en la dureza de la piedra que puede ser moldeada o en la blancura del alma frágil de aquel ángel que alcanza el más alto vuelo.

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