El contrato por obra o servicio es uno de los más comunes en el mundo comercial y audiovisual.

El contrato por obra o servicio es uno de los contratos más comunes en el mundo laboral. Este contrato está diseñado para acoger en la empresa a empleados durante un tiempo determinado pero no estipulado, es decir, que la relación laboral empresa-trabajador estaba sujeta a una tarea o actividad en concreto. Uno de los ejemplos más comunes lo encontramos en las campañas de marketing, ya que el contrato dura lo que dure la promoción o la actividad temporal específica para reforzar ventas, recuperar o conseguir clientes, etc.

Este tipo de contrato, es uno de los recursos más utilizados por los empresarios para aumentar la producción. Pero bajo la óptica del trabajador, tiene un claro inconveniente: la inestabilidad. Y es que si la obra o servicio funciona adecuadamente el trabajador sabe que seguirá trabajando, pero si no funciona o la obra ya no es necesaria, el trabajador intuirá que su puesto desaparecerá. Obviamente, una vez terminada la obra o servicio, el trabajador recibe su correspondiente finiquito por los servicios prestados.

Otro de los inconvenientes de este tipo de contrato, también relacionado con la inestabilidad, es la firma de contratos de alquiler, hipotecas y otras cuestiones. El arrendador, banco o persona prestadora del servicio, no suele arriesgarse a firmar ningún documento con un trabajador por obra o servicio.

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