La serigrafía es un sistema de impresión que permite estampar sobre cualquier tipo de material: papel, metal, madera, tela...

La palabra serigrafía procede del vocablo latino sericum, que significa seda, y del vocablo griego graphe, escribir, lo cual nos da una pista del proceso: la seda. La serigrafía es una técnica de impresión que consiste en transferir la tinta a la superficie a imprimir a través de una malla, que aunque antiguamente era de seda, hoy día es más habitual encontrarlas de nylon. Esta malla está tensada sobre un marco de madera o metal y la tinta se transfiere aplicando presión a la malla con un rasero, de forma manual o mecánica. En esta malla está la plantilla del gráfico a imprimir y el paso de la tinta se bloquea en las áreas donde no hay imagen mediante una emulsión o barniz.

La serigrafía es un proceso de impresión repetitivo, es decir, una vez que se ha obtenido el modelo, la impresión puede repetirse cientos de veces sin perder calidad.

 

Se trata de un sistema de impresión milenario, que se remonta a la Antigua China, si bien, es a comienzos del siglo XX, con el auge de las técnicas fotográficas, cuando la serigrafía se populariza en todo el mundo, con aplicaciones en el arte y la publicidad. Actualmente la serigrafía está presente en miles de objetos cotidianos, pues se utiliza para imprimir las señales de tráfico, estampar ropa, merchandising y publicidad, decoración de vidrio...

 

Imagen: tind / photo on flickr

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