El Pekinés es un perro de origen chino. Es característico su mal genio, independencia y fuerte carácter.

El Pekinés fue una raza venerada en la China antigua. Se estima que tiene siglos de historia. Al parecer, es heredero de los perros lanudos del Tíbet. Fue la mascota más habitual en la Corte Imperial de Pekín. Eran transportados en las mangas de las vestimentas orientales.

Los pekineses son perros de pequeño tamaño, aunque muy pesados (hasta 8 kgs). Son robustos y equilibrados. Poseen nariz y hocico cortos y anchos, cabeza grande y ojos redondos, oscuros y brillantes. La cola está ligeramente curvada sobre la espalda.

El pelaje del Pekinés se caracteriza por su tacto áspero y su tamaño largo. Los estándares de la raza admiten todos los colores, incluidas las capas bicolores.

El Pekinés es independiente y muy testarudo. Es llamativo su mal genio, que no tarda en manifestar cuando determinada situación no es de su agrado. A diferencia de muchas razas caninas, no le gusta ser manoseado ni tocado. Es, por tanto, uraño y desconfiado.

Debido a este fuerte carácter, el Pekinés se relaciona mal con los niños. No soporta ningún tipo de atadura (correas, bozales etc). Cualquier elemento que coarte su independencia será mal recibido.

Teniendo en cuenta estas premisas y concediéndole su espacio, podremos embarcarnos en la aventura de añadir un pekinés a nuestras vidas. Es otro habitual de los certámenes de belleza canina.

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