El nombre de tu empresa es una pieza clave en tu futuro éxito o fracaso.

Seguro que se te ocurren muchos ejemplos de nombres y marcas que han conseguido convertirse en top of mind, es decir, que han logrado que el producto que venden no se nombre como el producto en sí, sino como la marca. Buenos ejemplos de ellos son el pan de molde, más conocido como “pan Bimbo”, o los refrescos de cola, a los que todos llamamos “Coca-Cola”. Un nombre perfecto sería el que lograra esta asociación, sin embargo, sabemos que es muy difícil y que siempre es un posible efecto a muy largo plazo. Como seguro que no vamos a conseguirlo, es eligiendo un nombre al azar. 

Elegir un buen nombre para nuestro negocio es un proceso complejo y lento, pero no por ello tenemos que dejarlo de lado: nuestro nombre es el primer paso en la construcción de nuestra identidad como marca.

 

La primera pregunta que debemos hacernos es: ¿qué quiero comunicar con mi nombre? Tenemos que conseguir que nuestro nombre transmita las claves de nuestro negocio, el nombre tiene que ser significativo. Si conseguimos un nombre que sea informativo por sí mismo, que consiga identificar fácilmente el producto o servicio que ofrecemos, nos ahorraremos los aburridos subtítulos.

 

Sin embargo, tampoco podemos caer en el error de elegir un nombre demasiado concreto, pues, seguramente, también será muy genérico. ¿Qué pasa si queremos ofrecer más servicios o movernos por otros sitios?

Asimismo, nuestro nombre tiene que ser fácil de recordar, por lo tanto, tenemos que huir de nombres demasiado largos o juegos de palabras difíciles de comprender. Tenemos que elegir un nombre que apele a las emociones de nuestro target y sea atractivo.

 

Toma papel y bolígrafo y escribe nombres que se te ocurran y reúnan estas características. ¿La tienes? Pues ahora busca, puede que muchos de ellos ya estén registrados o sean demasiado parecidos a marcas existentes. Una vez que hayas descartado estos nombres, si todavía te quedan unas cuantas opciones, elige la que mejor se adapte a tus objetivos y la que mejor describa el negocio que quieres.

 

Eso sí, cualquier nombre que elijas solo será eficaz si tiene detrás una buena estrategia de marketing y comunicación. Así pues, si ya lo tienes, ¡a trabajar!

 

Imágenes: Waifer X, Waifer X.

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