¿Te has enamorado irremediablemente de estas luces desenfocadas y de suaves contrastes? Aquí tienes la guía paso a paso para conseguir este efecto en tus fotografías.

Para conseguir un buen bokeh es imprescindible contar con una cámara réflex y un objetivo con una gran apertura de diafragma (a partir de f/2), aunque si has llegado hasta aquí seguro que ya lo tienes.

 

 

 

 

 

¿Y si tengo una réflex pero no un objetivo con una gran apertura? Entonces intenta utilizar la distancia focal más larga que tengas, por ejemplo, 200 mm. y conseguirás un efecto bastante parecido.

 

Pues bien, ahora consigue unas luces que harán las veces de fondo, por ejemplo, las del árbol de navidad, y ambienta el espacio en el que vas a tomar tu fotografía con una luz tenue. Coloca al sujeto principal en el cuadro (tu hermano pequeño, tu pareja, un peluche, una taza…), delante de las luces, a una distancia de entre 50 cm. y 1 m. y empieza:

 

  • El primer truco está en la apertura del diafragma, cuanto mayor sea, más fácil será conseguir un bokeh bonito. Así pues, selecciona la máxima apertura que te permita tu objetivo, es decir, el mínimo f/.
  • Selecciona el modo de ‘prioridad a la apertura’ para que tu cámara seleccione automáticamente la velocidad de obturación y no tengas que quebrarte demasiado la cabeza, aunque, por supuesto, puedes trabajar en el modo completamente manual y seleccionar tú mismo la velocidad de obturación más apropiada.
  • Compón, encuadra, utilizando un trípode si ves que es necesario porque haya muy poca luz, enfoca tu sujeto principal y ¡dispara!

También puedes hacer plantillas para tu objetivo, recorta una cartulina con el diámetro de tu objetivo y hazle una apertura en forma de corazón, estrella o cualquier forma que se te ocurra, colócala delante del objetivo y ¡voilá! Tu bokeh tendrá la misma forma que la apertura de tu plantilla.

Y ahora que tienes todos los pasos… ¿A qué esperas?

 

Imágenes: Kristina_Servant, Isabel Bloedwater.

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